jueves, 10 de marzo de 2011

La Rosácea

La Rosácea es una enfermedad crónica que afecta la piel de la cara causando enrojecimiento en zonas como las mejillas, nariz, frente, mentón y ocasionalmente también en cuello y pecho.

Se desconoce su etiología precisa, aunque probablemente se trate de un trastorno multifuncional. A lo largo de los años se ha informado acerca de varias causas, que no han sido confirmadas. Entre ellas incluyen factores como la predisposición genética, herencia, dispepsia (dolor o una sensación desagradable en la parte media superior del estómago) con hipoclorhidria gástrica, enfermedad inflamatoria intestinal e infección por helicobacter pylori, seborrea, ácaros demódex folliculorum, microambiente bacteriano, enfermedades endocrinas, carencias vitamínicas, alteraciones microcirculatorias, enfermedades hepáticas y factores psicológicos.


Ahora te sugerimos que actues contra esta enfermedad de forma natural:


- Es muy imprtante desintoxicar el organismo, a través de una alimentación natural, abundante ingesta de vegetales orgánicos y consumo de alimentos ricos en fibra.
- Beber zumos de frutas naturales que contengan clorofila, pues ayuda a eliminar metales pesados del organismo.
- Berber té verde regularmente.
- Consumir alimentos alimenticios abundantes en vitaminas del complejo B, que junto con  la levadura de cerveza, ayudará a mejorar la rosácea.
- Vitamina C con bioflavonoides: Ésta vitamina, por sus propiedades antioxidantes, ayuda a mejorar los síntomas de la rosácea para que estos no aparezcan con tanta frecuencia. La vitamina C es importante para el organismo, elimina toxinas, evita la rosácea, acné y otros.
- Vitaminas E, A y aminoácidos.
- Agregar suplementos altos en colágenos.
- Consumir oligoelementos (hierro, cobre, yodo, manganeso, selenio, zinc, cromo, cobalto, fluor, litio, níquel y silicio son los oligoelementos más importantes) en este caso se recomienda consumir los que contengan manganeso, cobalto, oro y plata.
- Aloe Vera y Polen son importantes en el tratamiento.
- Realizar ejercicios regularmente (yoga, pilates)
- Manejar las emociones (rabia, pena).
- Beber 1 litro de agua diariamente.


También el tratamiento se debe complementar con algunas hierbas, como por ejemplo: infusiones de zarzaparrilla, que depura la sangre y desinflama.

Evitar el consumo de:

- Condimentos fuertes.
- Alimentos ácidos.
- Cereales comerciales (por los preservantes químicos).
- Quesos fermentados.
- Alcohol.
- Café.
- Otros estimulantes.
Extracto de artículo aparecido en EGDS edición 79, pág. 9 por Nancy Muñoz - Naturópata Iridóloga

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