* Todos los compuestos homeopáticos poseen una base vegetal
* La Homeopatía es el grado más elevado de un tratamiento natural.
La medicina Homeopática se preocupa de tratar mucho más que el cuerpo físico de la persona enferma. Para seleccionar el medicamento correcto se consideran, además, las características psíquicas y su estado emocional. El médico Homeópata tiene especial cuidado de construir un cuadro con los síntomas, a través de sus observaciones y de lo que el enfermo dice acerca de sí mismo: cómo se siente en determinados momentos del día, qué cosas agravan o alivian sus síntomas, etc. El facultativo, al examinar las particularidades de cada caso puede decidir cuál es el remedio correcto. El médico Homeópata no posee remedios para el nombre de una enfermedad, cuenta con un específico eficaz para cada caso de enfermedad.
El Tratamiento Homeópatico se basa en la aplicación correcta de la "ley de la semejanza". Trata a lo que se parece con lo que se parece. Hahnemann (fundador de la homeopatía) afirmaba que el remedio apropiado para un enfermo era el que, si se administraba en pequeñas dosis a una persona sana, provocaba los mismos síntomas que aquejaban al enfermo. Para Hanhemann significaba que los síntomas de la reacción curativa correspondian a la persona que se enfrenta a la enfermedad que la atacaba. Éste es un concepto recogido de las obras del célebre médico griego Hipócrates.
Existe un perecido superficial entre la práctica Homeopática y la vacunación. Una vacuna estimula el sistema de defensa del cuerpo, de modo que después pueda enfrentar futuros ataques de ciertos organismos (?). Pero, y esto es muy importante que retengas, la Homeopatía se diferencia en que pretende curar y no inmunizar.
El rasgo que separa a la Homeopatía de la medicina "científica", por decirlo así, es que sus medicamentos son suministrados en dosis pequeñísimas, infinitesimales. Hay una ley que plantea que "todas las drogas tienen un efecto estimulante en dosis pequeñas. Las grandes inhiben y las muy grandes matan". La Homeopatía, precisamente, debe su maravilloso poder curativo a que sus remedios son muy diluidos y, al revés que las drogas de la medicina alópata, no buscan matar a la enfermedad sino ayudar a los cuerpos a curarse por sí mismos.
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